miércoles, 14 de marzo de 2012

Las "leyendas urbanas" más comunes sobre gatos




1. Los gatos cazan porque tienen hambre

En los gatos domésticos el instinto de caza no se ha perdido. Es un impulso muy fuerte que empuja el animal a desarrollar este comportamiento aunque no tenga hambre. La prueba fisiológica que el gato no caza solo por hambre se encuentra en el hecho de que la conducta depredadora está controlada por el hipotálamo lateral y, aunque también el centro del hambre se encuentre en la misma región, ambas conductas están controladas de forma independiente. De todos modos el hambre juega un papel en la aparición de la conducta depredadora.
En la naturaleza el instinto de los gatitos se afina gracias al aprendizaje. Más o menos coincidiendo con la época del destete la madre trae a los cachorros presas vivas para que puedan entrenar.
Por esta razón la caza representa una necesidad y el comportamiento de depredación es parte del etograma normal del gato. Por esta razón no depende del hecho que el gato tenga hambre. De hecho muchas veces ni llega a comerse sus presas que en ocasiones lleva a casa como si fueran trofeos. Este comportamiento también ha sido motivo de interpretaciones erróneas: el gato no trae la presa a su amo, si no que la trae a su “madriguera” para compartirla con su familia y consumirla más tarde.  También hay quien piensa que puede ser un comportamiento más desarrollado en la gata castrada que, no pudiendo tener crías a quien enseñar los secretos de la caza, los comparte con su familia humana  En resumen, que el gato siga cazando pesas no quiere decir que tiene poca comida en su plato, simplemente es un instinto. Si dejamos un gato en un ambiente exterior, siempre será capaz de cazar aunque haya nacido y vivido en un ambiente interior.

 



2. Los gatos se alimentan de leche

Todos hemos visto al menos una vez, la imagen graciosa de un gatito que toma su taza de leche lamiéndose los bigotes aún goteantes…  Aunque esta imagen sea muy radicada en nuestra imaginación, la leche que consumimos normalmente, la de vaca, no es el alimento más indicado por un gato, peor aún si se trata de un gatito recién nacido.
De hecho esta leche, aunque sea entera, no cubre las necesidades ni lipidicas, ni protéicas de los gatitos en crecimiento. Si nos encontramos con un gatito de edad inferior a las cuatro semanas debemos nutrirlo con los alimentos específicos que podemos encontrar en comercio que son balanceados y contienen todos los nutrientes necesarios.
Aunque se trate de un gato adulto, la leche puede provocar alteraciones intestinales debidas a la mala digestión de la lactosa. Este azúcar se digiere gracias a la enzima lactasa que producen los cachorros de los animales. Conforme el gato crece, este enzima va disminuyendo hasta desaparecer durante el destete. Es probable que algunos gatos toleren la leche porque nunca han dejado de tomarla y la lactasa puede seguir produciéndose, pero aún así, la leche contiene mucho azúcar y debe considerarse una golosina y de alguna manera puede sustituir el agua.




3. Los gatos que marcan siempre lo hacen en relación al celo

El marcaje sexual solo es una de las formas y razones por las cuales se manifiesta el marcaje. Al contrario de lo que muchos piensan no solo el gato macho es capaz de marcar, si no que ambos sexos pueden presentar esta conducta. Se dice que es sexualmente dimórfica, no porque se presente solo en un sexo, si no porque es más presente en un sexo (en este caso el macho) que en el otro. La conducta de marcaje es una conducta normal en el gato que pero se vuelve molesta por los propietarios si el animal vive en casa. Como el marcaje no solo tiene un origen sexual, la castración como medio para interrumpir esta conducta no funcionará en todos los casos. De ahí la necesidad de un buen diagnóstico.
También la postura en caso de marcaje es típica: el gato no se agacha, si no que presenta un comportamiento de “sprying” es decir levanta la cola y proyecta la orina en superficies verticales.  
Otra consideración importante es que el marcaje no debe ser confundido con otros problemas de eliminación en el gato, como problemas patológicos del aparato urinario, preferencias de sustrato diferentes para orinar, aversión a la bandeja, falta de un correcto aprendizaje en la utilización de la misma o problemas de estrés experimentados por el gato. En este caso el marcaje puede ser un importante indicador de bienestar animal y no debe pasar desapercibido. El gato nos está diciendo que hay algo que le provoca estrés y debemos escucharlo.   
Por todas estas razones no es posible simplificar diciendo que el animal marca por razones territoriales, si no que debemos considerar el problema en toda su complejidad y afrontarlo con la ayuda de un especialista.




4. Los gatos que viven en casa no necesitan ser vacunados

Muchos propietarios de gato piensan que si el gato no sale de casa y no entra en contacto a otros gatos no necesita ser vacunado. Esta creencia se refleja en el considerable porcentaje de gatos no vacunados en relación a los perros.
En realidad solo por vivir en un ambiente cerrado como puede ser un piso, un gato no está protegido frente a la mayoría de las enfermedades por las cuales hoy en día se vacuna. Es posible que el mismo propietario pueda ser vehículo de bacterias y virus que puede transportar en sus manos, ropa y zapatos. 
Por esta razón es importante vacunar también a los gatos siguiendo las indicaciones del veterinario clínico que escogerá el programa vacunal más apropiado. Es evidente que las vacunas no protegen frente todas las enfermedades, pero estimulan el sistema inmunológico en un pequeño porcentaje también de forma no específica, haciendo que los animales vacunados estén más preparados en combatir agentes infecciosos potenciales.
Si pensamos viajar con nuestro gato, otra buena razón por vacunarlo es que por salir del País con él o por ingresar en otro, es necesario tener en regla todas las vacunaciones y la desparasitación, en muchos casos con una antelación superior a un mes, como es el caso de la rabia.




5. Los gatos que vomitan se purgan, es del todo normal.

Cuando un gato vomita, los propietarios siempre tienen una buena razón que justifique que es normal. Aunque pueda ser un episodio aislado, no debemos considerarlo normal. Para no llegar a esto es importante la prevención. Un ejemplo son las bolas de pelo. Si suministramos al animal alimentos o complementos alimenticios que ayudan la eliminación del pelo y cepillamos regularmente el gato, es posible que no llegue a tener que vomitar, ni que tenga estreñimiento debido a los pelos.
En otros casos el vómito es un síntoma de un proceso más grave y, según el caso, puede determinar deshidratación y desequilibrios electrolíticos que pueden empeorar una enfermedad subyacente.
En este sentido que el gato coma hierba no representa una cura, sobre todo si es hierba que no está controlada y puede ser fuente de intoxicaciones o infestación parasitaria. En muchos casos los gatos comen hierba porque tienen una infestación parasitaria del estómago que les provocan ardores. La hierba los hace vomitar, pero no soluciona el problema que siguen siendo los gusanos. La hierba no contiene ningún principio activo vermífugo y, al contrario puede contener huevos de gusanos que pueden trasmitirse al animal. Es normal que el gato coma hierba, pero lo mejor que podemos hacer es proporcionársela de forma controlada, por ejemplo con una plantita de hierba gatera.



6- Como perro y gato 
Una creencia muy radicada en la sociedad, corroborada  por la sabiduría de los dichos populares, es que los perros y los gatos nunca harán “buenas migas”. Esta creencia no es cierta. Se puede conseguir una convivencia pacífica entre estas dos especies, a pacto que se respecten sus espacios, sus características biológicas y etológicas.
Algunos trucos para que perro y gato puedan convivir felices los podemos poner en marcha pensando en sus características de especie. Es importante preparar el ambiente que deben compartir los animales dejando un sitio en el cual el gato pueda esconderse si lo desea para sentirse protegido. También con este propósito dotaremos nuestra casa de espacios elevados en los cuales el gato pueda subirse para tener la situación bajo control. Para un felino cazador como el gato es importante dominar el espacio para sentirse seguro.
Otra característica del gato es que su mundo es regulado por los olores. Es muy sensible a cambios ambientales que para nosotros pueden pasar desapercibidos. Si adoptamos un cachorro, es importante presentarlo de forma progresiva al gato, por ejemplo no enseñándoselo enseguida si no hacer que antes se acostumbre a su olor. Existen en el mercado productos, las feromonas, que pueden facilitar el acercamiento. Se puede frotar una toallita con el recién llegado para que el gato lo acepte mejor. De todos modos lo peor es forzar la amistad: el gato podrá reaccionar, pero si le hemos preparado el territorio para que pueda huir y controlar la situación tendremos muchas más posibilidades.
Una causa frecuente de reacción en nuestras mascotas es el miedo a lo desconocido. Para evitarlo intentaremos socializar el gatito, antes de las 9 semanas de vida, con todos los estímulos que se encontrará después, incluso perros y otras mascotas. Así será mucho más fácil que familiarice con estos estímulos y los considere parte de su entorno sin miedos.  
Si es el gatito a llegar después en casa, intentaremos que el perro se habitúe a él dejándolo por ejemplo en un transportin hasta que el perro muestre señales calmadas y tranquilas. Luego podremos interactuar jugando juntos para condicionar positivamente las situaciones en las que los dos interactúan.



7- La costumbre del gato de frotarse

Nos hace mucha gracia cuando un gato se frota con nuestra ropa o nuestras manos ronroneando cuando lo acariciamos. Lo interpretamos como signo de cariño y afecto.
En realidad en este momento el gato nos está marcando con su olor imperceptible para nosotros: sus feromonas. Son sustancias secretadas por unas glándulas faciales que el gato produce para que su ambiente sea tranquilo y familiar. La presencia de este olor tranquiliza al gato que se siente en su casa circundado de su grupo. El gato no marca solo a las personas, sino también los muebles y objetos de su casa. Por esta razón cada olor nuevo y extraño es percibido por el gato como amenazante y debemos introducirlo con mucha precaución en su ambiente. Estos olores son imperceptibles para nosotros y son específicos de especie, es decir que, hasta lo que sabemos, cada especie puede percibir y reaccionar al suyo. Se ha conseguido descifrar dos de las muchas feromonas del gato y utilizarlas en terapia del comportamiento para tranquilizar los animales. Se trata de fracciones de las feromonas faciales: la llamada F3 que tranquiliza al animal para que perciba su ambiente como su casa y la F4 que actúa más en la aceptación y el reconocimiento de otros individuos, reduciendo los episodios de agresividad. De hecho hay descritos casos en los cuales la simple visita de uno de los dos gatos de una casa, desencadena, a la vuelta del gato, episodios de agresividad de difícil resolución. Entonces es evidente que los olores representan un punto focal en el mundo de los sentidos del gato y en su forma de percibir la realidad. Por esta razón si notamos que un gato no demuestra este comportamiento debemos pensar en un problema etológico y de bienestar y debe ser una alarma que nos indica que algo falla en el ambiente o en la saludo del gato.



8- El ronroneo del gato expresa su felicidad

Compartir momentos íntimos, tranquilos y relajados con nuestro gato es una experiencia fascinante que nos llena de sensaciones pacíficas y placenteras y nuestro gato demuestra compartir nuestras sensaciones…ronroneando. El ronroneo es, por lo tanto, una demostración de felicidad, pero no es solo esto. Varios estudios han demostrado que los gatos no solo ronronean cuando están felices, si no también cuando sufren, experimentan dolor, estrés y, en algunas hembras, durante el parto. Incluso se han visto gatos ronronear antes de morir.
Así que el gato ronronea cuando experimenta sensaciones positivas, pero también en casos de peligro o dolor. Se ha hipotizado, por lo tanto, que el ronroneo sea una manifestación de apaciguamiento, un tentativo de mandar señales amigables: confirmar el estado de ánimo positivo en condiciones de tranquilidad e intentar instaurar calma en casos de dolor o peligro.
En principio se pensaba que el ronroneo se producía gracias a unas falsas membrana detrás de las cuerdas vocales; después se hipotizó que derivase de fenómenos hemodinámicas que aumentaban la presión sanguínea en la vena cava caudal. Finalmente el misterio se desveló en 1972, cuando se descubrió que el ronroneo se debe a un fenómeno aerodinámico, es decir a la apertura y cierre de la glotis por el movimiento de los músculos laríngeos y diafragmáticos.
El ronroneo en los recién nacidos tiene importancia en el establecimiento de los lazos maternofiliales: el cachorro con solo una semana ronronea mientras es amamantado, transmitiendo a la madre que todo es correcto, mientras que a su vez la madre ronronea para transmitir tranquilidad a sus cachorros. En los adultos este comportamiento sigue presentándose como señal apaciguadora. 
Una curiosidad es que los felinos mayores no son capaces de ronronear: un tigre o un león pueden producir un ronroneo sencillo, pero no múltiple o continuo, como sucede en los gatos que son capaces de producir el sonido no solo con cada aliento exhalado (como el tigre) pero también con cada aliento inhalado.
No todos los gatos ronronean de la misma forma y con la misma intensidad: los hay que con solo tocarlos “parten” como una moto y otros menos “cariñosos”. Una forma para obtener un gato “ronroneador” es acariciarlo y mimarlo desde pequeño emitiendo nosotros suaves ronroneos. Se ha observado que gatos criados con biberón o que han crecido muy mimados, ronronean más.




9- El mito del gato y el agua

La relación del gato con el agua siempre ha sido motivo de debates, consultas y…falsas creencias. El baño, el agua de bebida, el juego con el agua, parecen argumentos en los cuales siempre parece clara una cosa: al gato no le gusta el agua. En cierta medida puede ser cierto que el gato necesita poco agua por sobrevivir: pensemos que los ancestros del gato vivían en un ambiente desértico y de esto deriva la costumbre del gato de asearse de forma tan peculiar. Por otra parte los mecanismos de concentración de la orina también son más eficaces en los felinos aunque esto no signifique que no necesitan beber agua. El gato es capaz de obtener agua del consumo de sus presas. En un ambiente doméstico el gato alimentado con comida húmeda bebe poca cantidad de agua respeto a un gato alimentado con comida seca. Otra característica del gato es que cada uno tiene sus preferencias: algunos prefieren un bowl de agua llenado hasta la superficie, otros que se le cambie el agua dos o tres veces al día, a pesar de estar limpia, otros prefieren agua corriente, como las de las fuentes que se encuentran en las tiendas de decoración. Sea cual sea la preferencia del gato, el agua es importante en su alimentación y debe siempre estar disponible para prevenir problemas renales, muy frecuentes en los gatos. Una cosa que puede ser útil saber es que, dada su sensibilidad a los olores, los gatos perciben si no hemos lavado bien su bowl de agua. Por esta razón es más cómodo utilizar bowl de acero y no de plástico que retienen más los olores.
Al contrario de lo que se piensa el gato es atraído por el agua: intentará cazar los peces de un acuario y jugar con la superficie del agua de un estanque o de su bowl de agua, es atraído por el agua corriente…
En cuanto al tema del aseo, un gato puede ser bañado. Es verdad que el gato es muy limpio, pero hay casos en los cuales no debemos tener ideas preconcebidas en bañarlo. Si vuelve a casa muy sucio, si tenemos niños en casa o si tenemos alergias, podemos utilizar productos específicos que incluso cuidarán su pelaje. Quizás la teoría que bañar al gato es perjudicial pueda deberse a que los primeros champúes que se utilizaron no eran específicos y podían provocar irritaciones. Hoy en día hay productos diseñados expresamente y de mucha calidad. Contrariamente a lo que se piensa el gato no odia el agua. Incluso hay razas como el Maine Coon, el Bosque de Noruega que aprecian el agua y son excelentes pescadores. El hecho de tener un ancestro adaptado al clima desértico, hace que el baño no sea una aptitud de la especie, pero tampoco debemos demonizar la posibilidad de bañar a nuestro gato si es necesario. Para que esto no sea un trauma, utilizaremos una cantidad pequeña de agua tibia, por ejemplo en una palangana, ayudándonos con un vaso para aclarar. Usaremos poca cantidad de un champú específico. No pondremos el gato en una bañera para no estresarlo: no puede escaparse y las paredes hacen que resbale y se estrese más. El secado deberá hacerse con una toalla, sin olvidar ofrecerle una golosina como premio por haberse portado bien! Notaremos que después del baño el gato volverá a asearse completamente. Esta conducta es del todo normal y sirve al gato para que recupere su olor original.




10- ¿Debe una mujer embarazada deshacerse de su gato?
La feliz noticia de la llegada de un bebé en una familia que posee un gato siempre es recibida con algo de ansiedad. Inmediatamente la pregunta es ¿Debemos deshacernos de nuestro gato? En muchos casos los mismos médicos aconsejan que lo primero es evitar el contacto con el gato, aunque éste siempre haya vivido en casa y se respeten todas las normas higiénicas, de vacunación y de desparasitación.
En realidad la causa de este miedo, en muchos casos alarmista, es la posibilidad de la transmisión por parte del gato de la toxoplasmosis, una enfermedad debida a un protozoo que en condiciones normales no representa un peligro, pero sí que puede afectar al feto o provocar problemas en caso de inmunodepresión.
Lo primero que una mujer embarazada debe hacer es someterse a una sencilla prueba para averiguar si ya posee los anticuerpos  en contra del toxoplasma. En este caso no hay problemas: como ya ha estado expuesta al parásito, sus anticuerpos protegerás al feto. En el caso que la madre no posea anticuerpos, será importante que respete estrictas normas higiénicas como lavar bien frutas y verduras, comer carne bien cocida, lavarse bien las manos en caso de ir a parque o jardines, limitar el contacto con animales desconocidos. En cuanto al gato, si siempre ha vivido en casa y no come alimentos crudos, no tiene contacto con otros gatos que podrían ser infectados, no caza presas y no las consume, no hay peligro. De todos modos será importante en este caso que otra persona se ocupe de limpiar la bandeja de las heces como prevención. Más atención y precaución deberá prestarse si el gato tiene acceso al ambiente exterior y caza presas vivas o tiene contacto con otros gatos. En este caso también, no es necesario deshacerse del gato, simplemente con evitar de tocarlo y que siga su vida en el exterior será suficiente. En la mayoría de los casos la toxoplasmosis se contrae a causa del consumo de alimentos poco cocinados o no del todo limpios. Así que la mejor prevención es la higiene, sin necesidad de deshacernos de nuestro gato.


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