lunes, 11 de marzo de 2013

Claves para acudir contento al veterinario




Es una relación muy especial la que une al perro y su veterinario, pero puede ser también muy importante la relación entre el veterinario y el propietario. De hecho, ésta es filtrada de forma importante por el amo del animal que lo conoce y se da cuenta de las necesidades de su mascota, además de los cambios que pueden presentarse en su vida, en general, y en su salud en particular.

En esta relación hay, en definitiva, tres actores y el dueño es el puente entre animal y veterinario. Por esta razón no representa una figura pasiva, sino sus actuaciones resultan decisivas  frente al establecimiento de una buena relación. Esto implica una acertada elección del profesional veterinario por un lado y el establecimiento de buenas costumbres en el perro. En definitiva, si el dueño maneja bien estas dos variables, podrá asegurarse tranquilidad y satisfacciones en la vida que ha decidido compartir con su mascota.

Consideraremos a continuación una serie de comportamientos y trucos importante en la elección del profesional veterinario y en la educación del perro para que las inevitables visitas periódicas no se transformen en una pesadilla.

La elección del veterinario
Todos los propietarios de perro pueden explicar anécdotas varias acerca de la experiencia que han tenido con el veterinario. Todas pueden reflejarse en una única consideración: nunca podemos generalizar. Si partimos de esta consideración podremos acercarnos a la elección del profesional que curará nuestra mascota sin ideas preconcebidas, intentando, también hacer un poco de autocrítica. En este sentido lo primero es identificar cuáles son nuestras necesidades respecto a nuestra mascota, nuestra disponibilidad de tiempo, nuestro compromiso e implicación como propietarios. Puede ayudarnos contestar a algunas preguntas, como por ejemplo:
¿Cuál es el horario de atención?
¿Es compatible el horario de la clínica con mi horario?
¿Es posible acudir al centro con cita previa?
¿Cuál es el tiempo de espera para la asignación de una cita?
¿Dispone la clínica de un servicio de urgencia?
¿Dispone la clínica de servicios adicionales que pueda necesitar (ej: peluquería,  hospitalización, pensión…)?
¿Las instalaciones son adecuadas y limpias?
¿El personal es competente y agradable?

Cada uno de nosotros tiene unas necesidades y es indispensable saber lo que queremos y necesitamos en un centro veterinario. Por supuesto la profesionalidad y los conocimientos del médico veterinario son básicos. Es importante además que la persona que escojamos para cuidar de nuestra mascota nos inspire confianza así que podamos seguir todas sus instrucciones sin dudas o temores. El ambiente confortable, limpio y agradable son indispensables para que nos sentamos bien y transmitamos esta sensación de bienestar y confianza a nuestro animal. Los animales poseen una innata empatía y pueden percibir nuestra desconfianza o incomodidad, cosa que puede dificultar la relación con el veterinario.

Después de estas consideraciones podremos empezar la búsqueda. Es muy importante si se piensa adquirir un animal, tener ya un centro de referencia: es un error pensar que se acudirá al veterinario solo en casos de “emergencia” o por la inevitable vacuna. Además en la misma clínica podremos tener informaciones útiles sobre donde adquirir una mascota y consejos para hacerlo.
Hablar con amigos o conocido puede ayudarnos, aunque vale lo que hemos dicho: cada persona es diferente y tiene niveles diferentes de exigencia respeto a los servicios que retiene necesarios.
Si debemos trasladarnos es importante tener alguna referencia de una clínica veterinaria en la zona. Para ello podremos preguntar a nuestro veterinario de confianza o buscar alguna asociación canina en la zona que pueda ayudarnos.     

Una buena educación básica puede ser la clave para que las visitas al veterinario no se transformen en una pesadilla.




Acostumbremos el animal a la visita veterinaria
En muchas ocasiones la visita al veterinario representa un estrés por el animal, pero también por el propietario y por el mismo veterinario. En principio debemos tener presente que en ningún caso es tolerable por parte de un animal un comportamiento agresivo. Muchos propietarios tienden a minimizar la importancia de la agresividad de su perro sin considerar que puede ser un comportamiento peligroso, sobre todo en una situación particular como la visita veterinaria. Por esta razón es importante educar los animales teniendo en cuenta que nunca es aceptable un comportamiento agresivo. Esta afirmación tiene aún más valor si consideramos perros de gran tamaño en los cuales la contención resulta más difícil.

Un animal bien educado colaborará porque tendrá confianza en su propietario y obedecerá siempre y cuando no se de cuenta que se encuentra en una situación de nerviosismo e inseguridad. Por esta razón el propietario siempre deberá transmitir seguridad y confianza, incluso podrá transformar la visita en un momento lúdico para su mascota.


Trabajo previo
El primer impacto con la visita veterinaria puede ser determinante en cuanto puede marcar para siempre en un sentido positivo o negativo la relación del perro con la consulta veterinaria. Por esta razón será muy útil que el perro asocie el ambiente de la consulta en general y la visita en particular, con experiencias placenteras. Hay muchos casos en que los perros ni siquiera quieren pasar en la misma cera de la clínica e intentan cruzar la calle para evitarla. Si en cambio acudimos a la clínica durante un paseo sin que haya necesidad de visitar el animal, por ejemplo por pesarlo o solo para que el veterinario le de un premio y una caricia, también el día de la visita el animal asociará la consulta a una experiencia positiva.
En muchos casos el primer contacto con la clínica veterinaria se realiza en condiciones de urgencia y el animal la asociará con el dolor, la molestia de la exploración, contención forzada o suministración de medicamentos. Esta experiencia marcará el animal que en su mente asociará la circunstancia negativa de la enfermedad a los olores, objetos y personas de la clínica. En estos casos podemos plantearnos una reeducación para que el perro pueda “reconciliarse” con el veterinario.
   
Evidentemente si se trata de un cachorro tenemos una oportunidad única para que en su educación básica aprenda un comportamiento ejemplar durante la exploración veterinaria, aunque se puede practicar también con perros adultos, considerando que en este caso dependerá también de sus experiencias anteriores. Un truco muy útil puede ser acostumbrar el animal a subir en una mesa y realizar ejercicios de obediencia. Practicaremos el “sentado”, “tumbado” y otros comandos que puedan ayudar durante la visita, premiando mucho el animal cuando se comporta correctamente. Se puede empezar con tiempos breves y alargarlos cuando vemos que el animal se siente seguro.  

En sesiones sucesivas podremos practicar manualidades diferentes, como cortar las uñas o explorar la boca cuidando siempre premiar el buen comportamiento del animal. Estos juegos acostumbrarán el perro a que le toquen y manipulen sin que lo perciba como una amenaza y facilitará el acercamiento durante visitas, exploraciones o suministración de medicamentos.

Podemos utilizar las mismas maniobras con las herramientas de peluquería. Acostumbrar el animal al ruido del secador o al cepillo, cuidando que no los confunda con juguetes y premiar la buena aptitud de paciencia y tranquilidad con un bocadito gustoso.

Otra buena costumbre puede ser cuidar la higiene dental con un cepillo y una pasta de dientes, evidentemente específica para perros. Hay cepillos de dientes muy cómodos en los cuales podemos introducir el dedo y masajear delicadamente los dientes del animal. Poco a poco el perro aceptará esta manualidad que, además de suponer una buena práctica higiénica, reforzará los vínculos con su dueño y su sensación de confianza.  



En la consulta del veterinario.
Antes de entrar en la consulta es oportuno que el perro haga un largo paseo: esto ayudará a que queme su energía y se quede más tranquilo, además permitirle hacer sus necesidades antes de entrar en la consulta.
Si se trata de un animal sociable y confiado podemos incluso transformar el momento de la sala de espera en un juego, permitiendo a los demás de acariciar y premiar el animal y que haga nuevos amigos. En este caso es importante preguntar a los otros propietarios si su perro es igualmente sociable o su estado de salud. En otros casos, si se trata de un perro con un carácter más tranquilo o poco paciente se procurará controlarlo. Si es un animal de talla pequeña se podrá utilizar un transportin, sobre todo si está enfermo o es muy nervioso. Por tranquilizarlo se podrá poner una prenda de ropa para que el animal perciba el olor de su amo y se tranquilice.
Durante la visita, dependiendo del animal, es posible que se quede más tranquilo en presencia de su amo o al contrario perciba su preocupación. En todo caso el veterinario y el personal auxiliar podrán aconsejar a los propietarios si su presencia es positiva o puede ser de obstáculo. Siempre será oportuno confiar en el personal que conoce métodos de contención correctos que no hacen daño al animal además de técnicas para tranquilizar el animal y explorarlo correctamente. Es evidente que si hemos hecho un buen trabajo previo, como hemos explicado, todo será más fácil y relajado.
La visita siempre deberá terminar con un premio y caricias: felicitar el animal representa un refuerzo a su buen comportamiento.

 

Revista "Perros & Compañía nº 198 - Noviembre 2011



 https://docs.google.com/file/d/0B32Se_xad321eVMzd3JOOFBTZXFjS0VnU1RYQXBUdw/edit

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Buena información, gracias a la escritora. Es incomprensivo en mi experiencia ahora, sin embargo en común, la eficacia real, así como la importancia es realmente alucinante. Muchas gracias una vez más, así como la mejor de las suertes!
    Peluqueria Canina

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  3. ¡Muchas gracias por tu comentario!
    Me alegra que hayas encontrado el contenido útil e interesante.
    ¡Mucha suerte a ti también!

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    Auxiliar Veterinaria

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